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Se realiza entre las semanas 11 y 13 de gestación, combinando ( de ahí su nombre ) el resultado de un análisis en la sangre de la madre con unos datos del feto obtenidos por ecografía.
Hay que tener en cuenta que NO es una prueba diagnóstica sino que simplemente ofrece un cálculo o estimación del riesgo de que el feto padezca un síndorme de Down ( Trisomía 21) o una Trisomía 13 ( síndrome de Patau ) o una Trisomía 18 ( Síndrome de Edwards)
Es una prueba que valora el riesgo de síndrome de Down, combinando los datos clínicos de cada paciente, los datos obtenidos mediante una ecografía de alta resolución y un analisis de sangre materna.
Los datos clínicos son fundamentalmente la edad de la madre, junto con otras factores (el peso, el hábito tabáquico, padecer diabetes, ser una gestación múltiple, los antecedentes de síndrome de Down previo, etc.)
La ecografía de alta resolución identifica los llamados “marcadores” que son signos ecográficos sospechosos cuya presencia aumenta el riesgo de síndrome de Down u otros problemas cromosómicos o malformativos, pero que no son hallazgos anormales en sí mismos.
Existen varios marcadores. El más importante y efectivo es la medición de la translucencia nucal (el grosor de la nuca del feto). Hay otros marcadores útiles que conviene estudiar en esa ecografía, como el ductus venoso, la presencia de hueso nasal, la presencia de regurgitación en la válvula tricúspide del corazón, etc.
El análisis de sangre materna determina diferentes proteínas placentarias y fetales ( Beta HCG y PAPP-A ) cuyos niveles se relacionan con el riesgo de síndrome de Down.
NO se debe confundir el análisis de sangre que realizamos en la madre para el cálculo del riesgo de Síndorme de Down, con el llamado TPNI ( Test Prenatal No Invasivo ) en sangre materna. Ambos tipos de análisis de sangre van encaminados a determinar las posibilidades de que el bebé padezca un síndrome de Down, sin embargo su eficacia para determinar esta enfermedad es muy distinta entre ambos análisis, al igual que también es muy diferente su coste económico.
En este apartado nos estamos refiriendo al análisis de sangre materna para determinar la BetaHCG y la PAPP-A cuyo resultado debe combinarse con el resultado de la ecografía y los datos clínicos de la paciente para calcular, introduciendo todos estos datos en el ordenador, el riesgo teórico de síndrome de Down en ese embarazo.
Una vez realizado el cálculo, se le proporciona a la paciente un informe sobre el riesgo obtenido, expresando en un porcentaje teórico.
Ante un riesgo elevado, una de las alternativas sería llevar a cabo una técnica invasiva de diagnóstico prenatal (amniocentesis o biopsia corial).
Otra alternativa, en el caso de que la paciente no quiera asumir el riesgo que conllevan las técnicas invasivas (amniocentesis o biopsia corial) , podría ser realizar el llamado TPNI ( Test Prenatal No Invasivo ) , mediante análisis en sangre materna y sin riesgo para el feto, para descartar la existencia de un Síndrome de Down o de las Trisomías 13 y 18.
Al no ser una técnica invasiva, no supone ningún riesgo para el embarazo.
Pero por otra parte, se trata de una cálculo de riesgo teórico, de modo que NO constituye un diagnóstico, sólo una estimación de probabilidad.
Esta indicado en todas las gestantes que no tengan factores de riesgo elevado de síndrome de Down y que por los motivos que sean (fundamentalmente económicos) no quieran optar por realizar el Test Prenatal No Invasivo .
También puede solicitarse en pacientes de alto riesgo de síndrome de Down que rehúsan realizar una técnica invasiva de diagnóstico prenatal y que por los motivos que sean ( fundamentalmente económicos) no quieran optar por realizar el Test Prenatal No Invasivo.
No requiere ninguna preparación y no es necesario el ayuno.
NO! Son completamente diferentes, aunque ambos se utilizan para estudiar la posibilidad de que el bebé presente una anomalía cromosómica como el Sindrome de Down ( Trisomía 21).
El screening combinado de primer trimestre ( que estamos describiendo en esta página) es algo que llevamos haciendo desde hace más de 15 años y era la única forma que teníamos de seleccionar aquellos embarazos con mayor riesgo de S. de Down.
En manos expertas ( con alta cualificación para realizar el estudio ecográfico que se combina con la analítica materna ) permite detectar hasta el 90 % de los casos de síndrome de Down. Sin embargo, conviene saber que para alcanzar estos buenos resultados necesitaremos realizar muchas técnicas invasivas ( amniocentesis o biopsia corial) que en la mayoría de las ocasiones demuestran unos cromosomas normales con el consiguiente riesgo de perder la gestación ( por tener que “invadir” la gestación con una aguja para obtener la muestra de líquido amniótico o placenta) y la no menos importante ansiedad de los padres hasta la obtención de resultados.
Por otro lado, desde el año 2013 disponemos del llamado TPNI ( Test Prenatal No Invasivo) en sangre materna que permite descartar la presencia de síndrome de Down, con una altísima fiabilidad, sin necesidad de hacer ninguna técnica invasiva ( ni amniocentesis, ni biopsia corial) y por lo tanto sin necesidad de someter el embarazo a ningún riesgo.
Actualmente, el TPNI está considerado un test de “screening” y NO de diagnóstico. Por eso, sus resultados se expresan, de momento, también en términos de probabilidad. Se trata de uno de los más importantes avances en el campo del diagnóstico prenatal de anomalías cromosómicas de las últimas décadas y su único inconveniente es el elevado coste económico. Este coste se ha ido reduciendo considerablemente desde que se comercializó en 2013 y la previsión es que siga bajando su coste hasta llegar a un coste bajo, asumible por cualquier gestante o por el propio sistema sanitario público.
Si lo desea, puede ampliar la información relativa al TPNI aqui.
La ventaja fundamental sería su bajo coste económico puesto que el Screning o Cálculo de riesgo de primer trimestre ( mediante analítica y ecografía de marcadores ) tiene un coste considerablemente menor al del Test Prenatal No Invasivo en sangre materna.
Sin embargo,como ya se explica en la página correspondiente, el Test Prenatal No Invasivo tiene una altísima fiabilidad para descartar la presencia del Síndrome de Down o las Trisomías 13 y 18 en el feto, sin necesidad de someterse al riesgo de pérdida de la gestación que conllevan los procedimientos invasivos ( amniocentesis o biopsia corial).
Por ello, salvo que la cuestión económica sea importante en la decisión, en principio sería más aconsejable optar por el Test Prenatal No Invasivo por su mayor fiabilidad para descartar el Síndrome de Down y las Trisomías 13 y 18 con respecto al screening combinado o cálculo de riesgo descrito en esta página.
Con mucha diferencia, el TPNI es mucho más fiable y eficaz que el screening combinado de primer trimestre, evitando realizar muchas amniocentesis o biopsias coriales innecesarias. Además, no supone ningún riesgo para el embarazo y evita la alarma y ansiedad que genera el screening de primer trimestre.
Insistimos en que su único inconveniente es el coste económico. En los próximos años, su coste se reducirá considerablemente hasta llegar a un coste similar al del screening combinado. En ese momento, dejará de realizarse el screening combinado que hemos venido haciendo durante muchos años y en todas las gestaciones que quieran descartar síndrome de Down se realizará un TPNI.
Sí. Aunque no se realice el cálculo de riesgo descrito en esta página, porque se haya optado, tal como acabamos de aconsejar, por efectuar el Test Prenatal No Invasivo por su mayor fiabilidad, esto no invalida la gran utilidad de la llamada ecografía de marcadores.
Efectivamente, algunos de estos marcadores o hallazgos ecográficos detectables entre las semanas 11 y 13, no son sólo muy útiles para sospechar enfermedades cromosómicas, sino que además se suelen asociar con otro tipo de enfermedades o malformaciones en el feto, fundamentalmente cardiacas.
Por ello, la llamada “ecografía de marcadores” sigue teniendo gran utilidad para detectar signos ecográficos que nos indiquen la posibilidad de ciertas enfermedades fetales además de las anomalías cromosómicas.